El síndrome de Asherman, consiste en la formación de adherencias intrauterinas (tejido cicatricial) que se desarrolla de manera característica después de una cirugía uterina.

Es una patología adquirida, no se nace con ella. Su causa está en un crecimiento de tejido fibroso sobre una cicatriz, o en una zona donde se haya producido un traumatismo.
El síndrome de Asherman afecta aproximadamente al 8% de las mujeres, y se puede encontrar en entre el 2 y el 22 % de mujeres con problemas de fertilidad.
Las mujeres afectadas por este cuadro médico presentan adherencias, o sinequias, en el interior de la cavidad uterina o endometrial. Estas adherencias ocasionan una obstrucción parcial o total de la cavidad, haciéndola más estrecha o deformándola.
Según el grado de afectación del síndrome de Asherman nos podemos encontrar con casos leves, moderados o graves. Este último, es el de peor pronóstico, puesto que en este caso las paredes uterinas se encuentran totalmente adheridas.
Causas del síndrome de Asherman
Aunque existen diversas causas para este síndrome, en más del 90% de los casos el origen está en legrados uterinos, tras un aborto espontáneo o inducido.
No obstante, el síndrome de Asherman también puede aparecer por infecciones endometriales, uso de DIU, cirugías uterinas, etc.
Síntomas del síndrome de Asherman
¿Cómo detectar esta patología a tiempo? ¿Qué síntomas suele presentar antes de que peligre la fertilidad femenina? Te contamos los más comunes:
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Alteraciones menstruales. Disminución o ausencia de regla (amenorrea), debida principalmente a la reducción del tejido endometrial funcional, y por obstrucción del cuello uterino por las adherencias, que imposibilitan la salida del sangrado menstrual.
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Dolor pélvico o abdominal. Causado generalmente por esta retención del sangrado menstrual.
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Endometriosis. La posible retención menstrual puede, de forma retrógrada, ir a la cavidad abdominal, facilitando en mujeres susceptibles la generación de focos endometriósicos.
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Infertilidad. Todas estas adherencias impiden el correcto desarrollo del endometrio, provocando un fallo de implantación del embrión. O bien, si se llega a producir un embarazo, el correcto desarrollo de este, como abortos espontáneos.
Estos síntomas podrían estar relacionados y probablemente sean indicio de la presencia del síndrome de Asherman, si se presentan de manera súbita después de una dilatación y legrado u otra cirugía uterina.
Diagnóstico del síndrome de Asherman
Su diagnóstico se puede sospechar por los síntomas y mediante ecografía y se confirma con una histeroscopia diagnóstica.
Tratamiento del síndrome de Asherman
El tratamiento comprende cirugía para cortar y extirpar las adherencias o tejido cicatricial. Esto por lo general se realiza mediante con una histeroscopia, que utiliza pequeños instrumentos y una cámara introducida dentro del útero a través del cuello uterino.
Existe el riesgo de recurrencia del síndrome de Asherman en entre el 3 y el 23% de las pacientes. Afortunadamente hoy en día existe tratamiento, como el uso de estrógenos, para prevenir esta recurrencia, aunque los resultados tienden a ser variables.
Tenemos amplia experiencia en este tipo de cirugía mediante histeroscopia y los resultados más habituales, suelen ser la corrección total del problema en dos meses. En los casos más complicados se recuperan las menstruaciones anteriores al inicio del Síndrome y muchas mujeres logran el embarazo al solucionar el problema.