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Las pérdidas de orina durante la menopausia

Actualizado: 26 ene 2020

La menopausia es una de las etapas de la vida y hay que vivirla con naturalidad y para ello es muy importante cuidarnos y consultar al médico los cambios o molestias que va experimentando nuestro cuerpo. De esta forma podremos afrontarlos de la mejor manera posible.


Entre las molestias que pueden aparecer en esta etapa de la vida se incluyen los desarreglos urinarios, cuyo tratamiento será diferente en función de la causa que lo provoque.


Los problemas más frecuentes al llegar la menopausia son los sofocos y los desarreglos urinarios. En estos últimos el tratamiento es diferente según la causa que los provoque.

La menopausia va asociada a la disminución de estrógenos y estos son los responsables directos de la aparición de estos problemas y de otros. Los tejidos de la zona pélvica se vuelven menos elásticos.


En muchas ocasiones se genera lo que se llama incontinencia de esfuerzo. La mujer tiene pequeñas (o no tan pequeñas) perdidas de orina, al toser, reír, agacharse, etc. Estas pérdidas son en ocasiones pequeñas, pero no por eso deben considerarse aceptables, ya que suelen causar malestar en la mujer e incluso infecciones.


Es un problema que en la mayoría de las veces se puede tratar y corregir.


Sin embargo muchas mujeres por pudor no acuden al médico e incluso cuando hacen su revisión ginecológica anual, algunas lo niegan cuando se les pregunta.


Debe saber que en España tienen este trastorno más de 4 millones de mujeres mayores de 35 años. Está directamente relacionado con la edad y el número de embarazos. Por lo tanto no deberían sentir ningún pudor para acudir al médico y tratarlo.

La incontinencia, o el miedo a sufrir una pérdida de orina en público y que lo noten, pueden derivar en ansiedad o depresión.


Hay diversos tipos de incontinencia, por lo tanto el tratamiento varía dependiendo de la causa que la produce.

En ocasiones se trata con medicamentos, en otras con cirugía o electro estimulación.

Siempre es importante el fortalecimiento de la zona pélvica, mediante ejercicios, masajes o cualquier otro método que potencie las estructuras de la zona.


Estas técnicas son efectivas pero laboriosas y en muchas ocasiones la mujer acaba desistiendo.

Recientemente ha aparecido un método muy efectivo en los casos de incontinencia leve o moderada.

Consiste en un tratamiento simple y cómodo, que consiste en 6 sesiones de media hora, en las que la paciente está cómodamente sentada en una silla, que mediante electromagnetismo, produce miles de contracciones/dilataciones por sesión en la zona tratada. Esto desarrolla la musculatura de la zona y produce una gran mejoría en el 80% de los casos tratados.


Es importante acudir al ginecólogo y así saber el tipo de incontinencia que se sufre para poder apuntar un tratamiento adecuado.


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